Mes de las Empresas B: en Argentina ya son 248 las compañías certificadas por su triple impacto positivo

Mes de las Empresas B: en Argentina ya son 248 las compañías certificadas por su triple impacto positivo

Este año, la campaña global por el Mes de las Empresas B se enfocó en la “Generación B”: un grupo de líderes empresariales que creen que otra forma de hacer negocios es posible y utilizan la fuerza de las empresas para demostrarlo.

A través de diferentes iniciativas, las compañías que miden y gestionan su impacto compartieron los beneficios de trabajar con altos estándares socioambientales y de transparencia.

Las Empresas B son compañías con propósito, que se comprometen pública y legalmente a tomar decisiones midiendo y gestionando el impacto de sus operaciones en las personas, las comunidades y el medio ambiente. La certificación, otorgada por B Lab, implica un hito en su camino de mejora continua y garantiza que la empresa rinde cuentas a todos sus grupos de interés y no solo a los accionistas. Hay 9.625 Empresas B en 102 países.

“La certificación de Empresa B es un proceso de transformación que invita a la compañía a hacerse preguntas que habitualmente no se hace y que colocan a su negocio en un lugar muy competitivo, porque incorpora la mirada ambiental y social”, dijo Fernanda Mierez, Copresidenta de Sistema B Argentina.

“Impulsamos un nuevo paradigma económico inclusivo, equitativo y regenerativo para todas las personas y el planeta. Las Empresas B son la punta de iceberg porque demuestran que esto es posible, pero hay muchas más compañías de triple impacto, y muchas empresas tradicionales que están transicionando”, agregó Marina Arias, Directora Ejecutiva de Sistema B Argentina. “Estamos en un momento desafiante y hoy la Generación B demuestra convicción. Para el que tiene esta forma de hacer negocios, no es una tendencia o una moda”.

“Ser Empresa B es un gran orgullo y una forma diferente de trabajar. Fue un cambio de mentalidad de todos los que somos parte de la compañía, para generar un triple impacto económico, social y ambiental”, detalló Juan Bruchou, Fundador y CEO de Brubank, el único banco certificado B en Argentina que, entre otras cosas, desarrolla iniciativas de educación e inclusión financiera. “El 50% de los clientes de Brubank no habían tenido antes una cuenta bancaria ni una historia crediticia”, explicó el CEO. El 30% de sus usuarios están en la base de la pirámide, es decir, se encuentran dentro del 40% del país con condiciones socioeconómicas más desfavorables.

Por otro lado, Agua Segura es una Empresa B que, a través de inversiones privadas, implementa en diversos países programas de seguridad hídrica vinculados al acceso, saneamiento, conservación y uso eficiente del agua, entre otros. “Ser Empresa B es decidir que todo te cueste un poquito más. No en dinero, sino entender que con cada decisión que tomamos, algo pasa, y considerar siempre el bienestar de las personas y del planeta. Es más fácil ir por lo transaccional, pero con esta mirada muchas veces rechazamos propuestas que no se alinean a nuestro propósito”, dijo Manuel Saurí, fundador y Director Ejecutivo de Agua Segura.

“Todas las empresas tenemos estados de resultados y nosotros hace años medimos y monetizamos el capital social, natural y humano que generamos para aprender, ver qué podemos hacer distinto y mejorar”, añadió Paola Nimo, Gerenta de Sustentabilidad de Natura Cosméticos en Argentina. “Si no hay comunidades ni planeta próspero, no hay negocios en pie. La sustentabilidad es no dañar y conservar lo que tenemos, pero hay mucho que ya no tenemos. Y la regeneración da respuesta, es un compromiso de generar capacidades en lo ambiental y humano”, añadió. La compañía concentra sus esfuerzos ambientales en la Amazonia, ya que es el bioma más rico e importante del mundo y su deforestación no afecta solo a Brasil, sino a toda Sudamérica.

En Argentina, hay 248 Empresas B, de 30 industrias y sectores diferentes. En total, tienen una facturación anual de US$1.821 millones y emplean de forma directa a más de 28.000 personas.

El primer paso para transitar este camino es medir a la empresa con la Evaluación de Impacto B, una herramienta integral para conocer y gestionar el desempeño social y ambiental de las organizaciones. Está diseñada como una hoja de ruta para evolucionar a partir de indicadores concretos y compararse con otros negocios. “La evaluación permite entender todos los impactos de la empresa y medirlos, para que luego los pueda gestionar y ser cada día mejor”, explicó Marina Arias.