Tendencias que las empresas deben tener en cuenta para no perder competitividad

Tendencias que las empresas deben tener en cuenta para no perder competitividad

Marsh McLennan, líder global en riesgo, estrategia y personas, presente en más de 130 países a través de sus cuatro negocios —Marsh, Guy Carpenter, Mercer y Oliver Wyman—, organizó una Round Table para analizar los desafíos que marcarán el rumbo de las organizaciones argentinas en el segundo semestre del año.

Durante el encuentro, especialistas de la firma compartieron datos y tendencias que muestran un escenario complejo, pero también lleno de oportunidades para aquellas empresas que logren anticiparse y adaptarse.

Sebastián Tobio, líder de Advisory para Cono Sur, identificó cuatro grandes desafíos que enfrentan las empresas argentinas durante este año: la incertidumbre política y geopolítica, los eventos climáticos extremos, la transformación laboral impulsada por la inteligencia artificial y los ciberataques. Estos riesgos se suman a un contexto local y global que exige capacidad de adaptación y una visión de largo plazo.

La inestabilidad geopolítica se consolida como una preocupación global: una de cada cuatro empresas identifica los conflictos armados como su principal amenaza. La guerra en Ucrania y las tensiones en Medio Oriente continúan afectando las cadenas de suministro, con impactos visibles en energía, agroindustria y logística, sectores que ya enfrentan sus propios retos por el cambio climático.

Por otro lado, los eventos climáticos extremos se vuelven cada vez más frecuentes e impredecibles. Las lluvias de mayo en Argentina fueron las más intensas en 40 años y afectaron más de un millón de hectáreas productivas, evidenciando cómo las disrupciones ambientales pueden agravar vulnerabilidades preexistentes en las cadenas productivas.

En paralelo, la digitalización creciente amplía la superficie de riesgo en materia de ciberseguridad. Los ciberataques en América Latina aumentaron un 38% en 2024, con Argentina entre los tres países más afectados, lo que pone el tema en la agenda de los niveles más altos de decisión corporativa. Al respecto, Christian Rada, líder de Finpro y Cyber para Argentina y Uruguay, señaló que el riesgo cibernético ya se ubica entre las cinco principales preocupaciones de los CEOs a nivel global. Explicó que su impacto financiero, legal y reputacional puede ser crítico, y que requiere la participación no solo de las áreas técnicas, sino también de la alta dirección. Además, subrayó que la resiliencia digital demanda estrategias flexibles, una cultura organizacional orientada a la seguridad y la implementación de modelos como Zero Trust.

Desde la perspectiva del talento, Ivana Thornton, presidente de Mercer Argentina y directora de Career para Argentina, Uruguay y Paraguay, señaló que solo el 21% de las organizaciones cuenta hoy con la agilidad necesaria para crecer. Para aprovechar el potencial de la inteligencia artificial, recomendó educar a la fuerza laboral, experimentar con nuevas herramientas, definir estrategias claras y fomentar la mejora continua, recordando que la tecnología por sí sola no genera resultados sin el cambio de mentalidad correspondiente.

El factor humano también se ve impactado por el envejecimiento poblacional. Según Dolores Liendo, la longevidad es una mega tendencia. Alrededor del 13 % de la población mundial tiene 60 años o más, y se espera que en 2030 ese grupo crezca hasta representar el 16 %.

Aunque es importante aclarar que no hablamos de una población envejecida, sino longeva, la cual es activa, diversa y con nuevas necesidades. Esta transición demográfica redefine la vida laboral y las trayectorias profesionales. Por primera vez en la historia, conviven 4 y a veces hasta 5 generaciones en el trabajo. Esto trae consigo retos de gestión, pero también oportunidades únicas de colaboración y transferencia de conocimiento. Nos invita a rediseñar modelos laborales, previsionales y de bienestar para que sean sostenibles a largo plazo.

La conversación finalizó con un enfoque en el bienestar y la salud laboral, donde Sebastián Otero, director de Salud y Beneficios y Líder de Affinity para Argentina y Uruguay, presentó datos del informe Health on Demand 2025 que muestran una caída del bienestar integral de los empleados del 82% al 74% en un año. Además, indicó que cerca del 45% de los trabajadores se sienten estresados todos los días, y un 41% la mayoría de los días.

El bienestar emocional y la salud mental son hoy una prioridad en los beneficios, pero muchas empresas todavía no ofrecen lo que sus empleados necesitan. Cuando hay una brecha entre lo que la gente espera y lo que recibe, aumenta la desvinculación laboral. Por eso, es fundamental entender que cada persona tiene necesidades distintas y traducir eso en beneficios reales y accesibles.

Las organizaciones que adaptan sus beneficios a esas diferencias logran reducir el ausentismo hasta un 30% y aumentar el compromiso un 22%. Atender la diversidad de la fuerza laboral es clave para evitar la rotación, la dificultad para cubrir vacantes y el burnout.