Soluciones site-specific: el nuevo estándar energético para la minería remota

Soluciones site-specific: el nuevo estándar energético para la minería remota

En un contexto de creciente presión por descarbonizar las operaciones y reducir los costos energéticos, la industria minera enfrenta un desafío estructural: llevar energía limpia y confiable a sus yacimientos más remotos.

Ubicados muchas veces en entornos extremos, desde el Ártico hasta zonas de conflicto o cordilleras de difícil acceso, estos proyectos presentan barreras técnicas, logísticas y sociales que hacen inviable aplicar soluciones energéticas convencionales. Sin embargo, gracias al avance tecnológico y al diseño de soluciones a medida, lo que antes parecía imposible hoy empieza a ser técnicamente factible y financieramente viable.

Los proyectos mineros ubicados en zonas aisladas históricamente han dependido de combustibles fósiles, como diésel, aceites pesados y carbón, para abastecerse de energía. Esta solución, aunque funcional, es costosa, contaminante y vulnerable. El transporte de combustible suele implicar rutas complejas, a veces disponibles solo en determinadas estaciones del año, lo que incrementa los costos operativos y reduce la confiabilidad del suministro.

En Argentina, las condiciones geográficas y climáticas de muchas regiones mineras como la altitud en la puna, el clima seco y extremo, o los terrenos de difícil acceso, limitan la aplicación de soluciones energéticas convencionales. A esto se suman desafíos locales como la falta de infraestructura eléctrica, marcos normativos en evolución, y la necesidad de articular con comunidades locales y actores provinciales. En este contexto, avanzar con soluciones energéticas requiere un enfoque sensible, adaptable y técnicamente robusto, que contemple tanto las variables del entorno como la realidad operativa del territorio.

“La transición energética en la minería debe pensarse de acuerdo con el contexto de cada lugar. Cada operación requiere entender su geografía, su comunidad y su proyección productiva para construir soluciones amigables y sostenibles en el tiempo”, sostiene Belén Arce, líder de Sostenibilidad en Accenture.

En este escenario, la única forma de abordar el desafío energético de manera efectiva es a través de un enfoque site-specific. Estos son sistemas diseñados a medida para cada proyecto, que consideren desde el recurso renovable disponible hasta las limitaciones logísticas, técnicas y sociales de cada sitio. Cada operación minera tiene un perfil energético particular ya sea en consumo, estacionalidad, acceso a infraestructura y proyección operativa, por lo que aplicar soluciones estándar suele ser inviable. Adaptar el diseño desde el inicio no solo mejora la eficiencia, sino que también reduce riesgos y costos asociados a la energía en zonas complejas.

Este enfoque permite integrar de forma estratégica distintas tecnologías renovables como la solar, eólica, baterías, recuperación térmica y microgrids híbridos, en configuraciones flexibles y escalables, alineadas con las condiciones del entorno. La clave no está en sumar tecnologías, sino en combinarlas de manera inteligente para asegurar confiabilidad, eficiencia y sostenibilidad a lo largo del ciclo de vida del yacimiento, descartando modelos estándar[1].

En este sentido, Belén remarca que “la innovación hoy pasa por diseñar sistemas energéticos que equilibren eficiencia, resiliencia y sostenibilidad. Sin embargo, en los entornos más desafiantes, significa combinar tecnologías renovables con una ingeniería profundamente contextual”.

En América Latina, varias operaciones mineras ya implementan enfoques site-specific con resultados concretos. Por ejemplo, en la puna argentina, algunos proyectos de litio están desarrollando sistemas híbridos con energía solar, baterías y respaldo térmico, diseñados específicamente para responder a condiciones extremas de altitud, estacionalidad solar y aislamiento logístico. En Chile, una mina ubicada a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar y sin acceso a la red eléctrica se abastece mediante un contrato de energía 100 % renovable que combina fuentes eólicas y solares provenientes de distintas regiones. Estas soluciones fueron diseñadas a medida para cubrir las limitaciones del sitio y garantizar un suministro continuo y confiable.

Ambos casos demuestran cómo, al adaptar la solución energética a las particularidades del entorno, es posible reducir emisiones, mejorar la eficiencia y avanzar en la transición energética incluso en los entornos más desafiantes. “En minería remota, adaptar la solución energética al contexto específico ya no es solamente una ventaja competitiva, también es una condición para que el proyecto exista”, señala Arce.

Lejos de ser un concepto abstracto, el enfoque sire-specific ya está siendo aplicado en el terreno con resultados reales. En un contexto donde cada decisión cuenta, diseñar soluciones energéticas adaptadas no solo mejora el desempeño ambiental y operativo, sino que define la viabilidad misma de los proyectos. 

[1] SolarPACES, 2022.