Se trata de un producto compuesto de polipropileno reciclado para la construcción en seco de viviendas, y se caracterizan por el ahorro –o casi nulo uso- de los recursos y por la utilización de técnicas constructivas innovadoras con productos de bajo impacto en el ambiente.
Cada vez con mayor frecuencia, quienes deciden construir sus casas comienzan a optar por materiales y sistemas de edificación sustentables, que se caracterizan por el ahorro –o casi nulo uso- de los recursos, y por la utilización de técnicas constructivas innovadoras con productos de bajo impacto en el ambiente.
En ese contexto, aparece EasyBrick. Se trata de un sistema constructivo desarrollado a partir de ladrillos de plástico reciclado -no precisan materia prima virgen para su elaboración-, que tienen la ventaja de ser livianos y de encastrarse entre sí como si fueran piezas de Lego -este sistema constructivo se denomina Qualis-.
Por eso, son ideales para obras rápidas. “Podemos construir un muro de 3 metros en 2 o 3 horas. A la vez, no requiere de mano de obra especializada para su montaje ni de materiales húmedos. Además, por su naturaleza plástica, los ladrillos tienen un 0% de porcentaje de absorción de agua. Los bloques conforman un espectro acústico y son atérmicos, gracias a las tres cámaras de aire”, dice Bautista Giménez Zapiola, del área de marketing y comunicación para EasyBrick y Tuboloc.
Además, se calcula que la vida útil del Polipropileno es de 100 años. El proceso productivo del ladrillo nace a partir del PP reciclado, esos pellets de plástico ingresan en la tolva, se calienta y se derrite a unos 200ºC, más o menos, pasa el tornillo, que es el que empuja el material y termina en un ladrillo armado.
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