El impulso del biometano para la transición energética en Argentina

El impulso del biometano para la transición energética en Argentina

Por Lucas Woinilowicz (Gerente de Desarrollo de Negocios y Transporte Sustentable de Scania Argentina)

El uso de energías cada vez más limpias es un tema que nos involucra a todos los sectores de la población, y que incumbe particularmente a las distintas industrias. Cuando esto se analiza con el foco específicamente sobre el transporte, la problemática se convierte en un asunto central.

En el planeta hay mayor disponibilidad de gas que de petróleo, por lo que los países que tienen reservas propias pueden fijar precios locales y reducir costos. Aunque el gas natural se encuentra en yacimientos de petróleo, contamina menos que el gasoil. Al ser utilizado como combustible, reduce las emisiones de CO2, y disminuye la de otros gases contaminantes.

Las características geográficas de cada región, sus recursos disponibles y las normativas locales que varían según cada país, son factores esenciales que deben ser considerados y analizados, con el fin de observar cuál es la matriz energética nacional. En función de eso, cada opción de movilidad (diésel, gas, biometano, hidrógeno, híbridos, eléctricos) debe ser sometida a evaluación, teniendo en consideración la dimensión ambiental, social y económica, trasladando cada alternativa a la realidad de cada país, para analizar qué tan aplicables son localmente y a cada mercado. Esto debe priorizar esa matriz energética, pero contemplar también la infraestructura disponible y la proyección de crecimiento de la misma.

En Argentina específicamente, la matriz energética local nos indica que debemos priorizar el uso del gas (el cual es el 65% de las fuentes utilizadas), y que estamos atravesando un proceso de transición hacia la electromovilidad, el cual se extenderá por, de forma estimativa, veinte años.

GNC: la puerta de entrada al biometano

Argentina cuenta con una flota de más de 2 millones de autos que funcionan a gas natural, soportados por una infraestructura de más de 2.000 estaciones de carga. En esa hoja de ruta, es estratégicamente clave promover primero vehículos propulsados a gas natural para generar una masa crítica de transporte pesado (camiones de carga y buses de pasajeros) que permitan la viabilidad económica de los proyectos de biometano, generando un círculo virtuoso, ya que la infraestructura que requiere la utilización de biometano como combustible es exactamente igual a la que proporciona el gas.

El biometano es una excelente opción por diversos motivos: se utiliza la infraestructura de carga existente, reduce en un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero, y se reutilizan los desechos que se convierten en energía, lo que incentiva la economía circular y la atención a los desarrollos de la agenda social.

Qué es el biometano y cómo funciona

Es importante recapitular en la definición específica, primero del biogás, y luego del biometano, para comprender a fondo cuáles son sus beneficios.

El biogás es un gas renovable que se genera por la digestión anaeróbica de residuos orgánicos, provenientes tanto de la agricultura, como de la ganadería, y la industria agroalimentaria. Está formado principalmente por metano y CO2, lo que se puede purificar para producir biometano. La principal diferencia entre biogás y biometano es justamente su contenido en metano: mientras el biogás está en 35-55%, el biometano tiene riquezas superiores al 91%, lo que permite que se utilice directamente en aplicaciones habituales del gas natural, tanto en la inyección de la red como para propulsar vehículos.

¿Cómo se produce el biogás? Es un gas que se genera, ya sea en medios naturales o en dispositivos específicos, por las reacciones de biodegradación de materia orgánica, mediante la acción de microorganismos. Estos seres excretan metano de forma natural y surge lo que se denomina biogás.

Una vez que es sometido a condiciones de temperatura y presión, libera diversos gases. Uno de esos es el gas metano, la molécula CH4, además de otros como nitrógeno, siloxano, etc. El biogás es un gas pobre, es el mismo que se obtiene de una perforación en Vaca Muerta: un gas con muchos otros componentes que requiere un proceso de upgrading. Esto significa que se realiza una purificación -concentración de metano- en la que se eliminan todos los otros agentes contaminantes (CO2, siloxanos, partículas en suspensión, etc.) y se retiene la molécula con un mínimo de 91% de CH4, un 4% aproximadamente de CO2 y un 5% de otros agentes, dependiendo de qué tanto pueda ser purificado.

Una vez que fue purificado el biogás, se transforma en biometano. En el caso de gas de pozo como el de Vaca Muerta, cuando ya fue purificado, se llama propiamente gas natural.

Al comprender este proceso se entiende cuál es el resultado: el biometano resultante puede ser introducido en la red gasífera, lo cual conlleva dos enormes beneficios: por un lado, se reduce el pasivo ambiental que implican los residuos, y por otro se consume un combustible carbono neutral. Sus posibles aplicaciones son las misma que las del gas natural, y la infraestructura que utiliza tanto la red como el transporte (y elementos involucrados, como las cisternas y los sistemas de compresión), son equivalentes. El biometano sustituye de forma ideal el gas natural, permitiendo la descarbonización, ya que su huella de carbono es neutra. Al poder inyectarse a la red, los esquemas circulares aumentan su impacto y permiten reutilizar recursos que habitualmente son desechados.

¿Cuáles son concretamente sus beneficios?

El biometano presenta múltiples beneficios:

 utiliza la misma infraestructura que el gas natural

permite abordar el enorme problema que existe en el mundo sobre la gestión de los residuos orgánicos (domiciliarios, industriales, agropecuarios, etc.)

 facilita la producción de energías en forma descentralizada (ya que el biometano utilizado como combustible en una punta del país puede provenir del biogás purificado en una zona diametralmente opuesta)

reduce una enorme problemática de las grandes metrópolis, que es la nube de metano que existe en cualquier relleno sanitario.

Próximos pasos

El desarrollo de proyectos de biometano ya ha comenzado, pero requiere previamente de la generación de una masa crítica de vehículos que utilicen a gran escala gas natural como combustible.

Como es sabido, las inversiones necesarias del sector empresario requieren de beneficios para que sea realmente rentable apostar a la sustentabilidad. La clave reside en la articulación del trabajo público-privado, para diseñar una hoja de ruta en la que cada paso sea superador al anterior. La solución superadora con la que contamos hoy respecto al diésel es el uso del gas, y la mejor alternativa que supera ampliamente al gas, es el biometano.