Por Gonzalo Josa Scorza, Process automation manager en Siemens Argentina
Finalizó la COP 29 y con ella la revisión de los acuerdos y resultados obtenidos a la fecha en cuanto a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero con miras a limitar el calentamiento global a 1,5°C, meta fijada en la COP 21. Para lograrlo, la descarbonización es fundamental, por ello se busca impulsar el desarrollo de proyectos a partir de fuentes de energía renovable, ampliar la matriz verde de los mercados y apostar a transporte y agricultura con energía limpia; es decir, una apuesta grande hacia una economía baja en carbono.
Pensar en cómo acelerar la transición energética nos invita a entender de qué manera la tecnología es el gran aliado en ese proceso de cambio para producir y consumir energía de fuentes renovables que puedan ayudar a la producción industrial; ya que la misma es hoy responsable del 30% de las emisiones de CO2 y consume un 37% de la energía global. Se estima que con una reducción del 1% en la huella de carbono de la producción industrial, habría 70.000.000 toneladas menos de emisiones de CO2 al año.
América Latina es un jugador clave en la ecuación verde, ya que puede alcanzar una producción de hidrógeno (H2) cercana a los 6 millones de toneladas/año para el 2030. De esas cifras, Chile representa el 45%, mientras que Brasil y Argentina contribuyen con el 30% referido a la producción electrolítica del H2. Según IRENA, los países que pueden producir hidrógeno verde de forma más económica y con mayor volumen para el 2050 están China, Chile, Marruecos, Colombia Australia y México. A la luz de este listado, ¿en dónde queda Argentina, ya que tiene un extenso territorio para producir energía renovable de origen eólico, hídrico y solar? Pues si bien los recursos son abundantes, la legislación aún no ha avanzado lo suficiente para la viabilidad sostenida de proyectos de producción de este combustible verde.
Argentina se encuentra en una posición única para consolidarse como líder regional con una potencia instalada de 43.750MW. El país cuenta con vastos recursos naturales, teniendo la oportunidad de un escenario ideal para la producción de hidrógeno verde. En el sur del país, la Patagonia alberga uno de los mejores vientos del mundo, mientras que, en el norte, la radiación solar es la idónea para la energía fotovoltaica. Esta capacidad renovable, supera los 5 GW de potencia instalada, cubriendo una demanda de casi 15% en promedio, siendo su récord de 29,7% en febrero de 2023.
Actualmente, nuestro país produce 0,4 millones de toneladas de hidrógeno gris al año, utilizado principalmente para el mercado interno. Sin embargo, el verdadero desafío es la transición hacia la producción de hidrógeno verde, un proceso que requiere un marco regulatorio robusto que facilite su implementación a largo plazo. Si bien ya dimos pasos importantes con el Proyecto de Ley Nacional del Hidrógeno, aún falta consolidar un entorno regulatorio que permita atraer inversiones y asegurar la competitividad en un mercado internacional que se mueve rápidamente.
El avance hacia la concreción de proyectos abocados a la producción de hidrógeno verde requiere de una base tecnológica sólida que garantice la seguridad y la eficiencia de los procesos. Los gemelos digitales son el aliado para optimizar y simular escenarios de producción, facilitando la evaluación de la factibilidad técnica y comercial de un proyecto, sin la necesidad de realizar inversiones masivas en los piloto, pero sí asegurándose asertividad y exactitud en todo el proceso, lo cual significa la unión del mundo digital con el real de forma precisa, sostenible, flexible y adaptable.
Y es que el potencial de los gemelos digitales abarca todo el ciclo de vida del producto, desde la reducción del time to market, la anticipación a eventos que puedan generar retrasos productivos, riesgos asociados a los activos físicos, a la producción y al equipo que trabaja en la planta, consumo de recursos hídricos y energía renovable para la electrólisis. Todo esto desde la fase de diseño, modelado y simulación; lo cual facilita la toma de decisiones informadas que impacten en el desarrollo del proyecto.
En Siemens, trabajamos con los gemelos digitales para unir el mundo real con el digital, donde las soluciones de simulación y modelado aportan múltiples beneficios al mercado del hidrógeno verde y a la escalabilidad de la industria, con el fin de contribuir a la generación de energía limpia, reducir la huella de carbono, acelerar la descarbonización de la matriz productiva del país, a la vez de ayudar a las empresas que quieren recorrer este tipo de proyecto, a que puedan desarrollar procesos seguros y flexibles, con menos tiempos de inactividad y con seguridad operativa.