Lic. Witold R. Kopytyński, Consultor de la Cámara Empresaria de Medio Ambiente (CEMA)
La Fundación Ellen MacArthur define la economía circular como la acción de desacoplar la actividad económica del consumo de recursos finitos y eliminar los residuos del sistema desde el diseño. La transición hacia una economía circular requiere modelos de negocio innovadores que sustituyan los existentes o ayuden a encontrar nuevas oportunidades. El reciclado de materiales está en el corazón de la economía circular.
El reciclado propone un modelo completamente distinto. que conduce al crecimiento y al empleo sin comprometer el medio ambiente.
La circularidad supera los modelos tradicionales de economía lineal que consideran que los procesos finalizan en los mercados de consumo y no estiman la disposición de los residuos como integrantes del ciclo productivo. El reciclado es un conjunto de intervenciones circulares que mantienen los recursos en la economía y reducen así la entrada de nuevos materiales vírgenes, promoviendo el desarrollo y la creación de valor, a partir del desacople del consumo de materias primas.
La simbiosis industrial es una herramienta que opera en el paradigma de la economía circular siendo el reciclado el aumento en la eficiencia de recursos. Mediante el establecimiento de sinergias de intercambio y aprovechamiento entre las industrias se logra que se establezca una relación beneficiosa para las partes involucradas.
La Argentina requiere un ritmo mayor en la formulación de planes nacionales regidos por la economía circular con base en los procesos de reciclado. Los avances que se observan se encuentran dispersos en diferentes jurisdicciones administrativas.
Si bien la mayoría de la legislación referida a la gestión de residuos (domiciliarios o industriales) está guiada por objetivos de prevención, disminución, recuperación y reciclado, el país no tiene una regulación integral que oriente las corrientes de residuos, y las transforme en cadenas de valor/insumos que impulsen la producción y el consumo responsable.
Tampoco se cuenta con normas de responsabilidad extendida del productor en cadenas de valor como neumáticos, demolición, envases y embalajes, aparatos eléctricos y electrónicos, etc.
Debe destacarse que, a pesar que todavía existan grandes desafíos para implementar políticas públicas a gran escala, se advierte un impulso por parte del sector privado, así como de nuevos proyectos de emprendedores. Las PYMES advierten la necesidad de reconvertirse, e incrementar los insumos provenientes del reciclado.
Tres grandes hitos regulatorios han modificado en los últimos años el mapa de la gestión y tratamiento de residuos y que obligarán a los países a adecuar sus normas al nuevo escenario internacional: las Enmiendas al Convenio de Basilea sobre residuos plásticos, la prohibición de China de importar residuos sólidos y el Pacto Verde Europeo.
En tal sentido, la Argentina aún carece de normas específicas para la producción sostenible de la industria ni existen regulaciones específicas de cada sector que apunten en el mismo sentido. Por el contrario, existe un entramado normativo que genera áreas grises o poco claras promotoras tanto de vacíos legales como de conflictos interjurisdiccionales atento los diferentes organismos de control. Lo que resulta en una clara desventaja competitiva para determinados sectores productivos y de materiales, sobre todo las PYMES.
Dos cadenas de valor son particularmente críticas en estos momentos: los Neumáticos Fuera de Uso y los Envases.
Cuentan con media sanción los Proyectos de Ley para regular su disposición y el tratamiento, y están pendientes de su tratamiento definitivo para integrar el marco regulatorio.
Con estas leyes se podrá hacer foco en el reciclado de neumáticos y en la recuperación de materiales de plástico.
