Dentro de las motivaciones principales que han llevado a los bancos involucrar estos análisis dentro de sus operaciones de crédito están: las demandas regulatorias, como es el caso de Brasil con la Resolución 4.327 de 2014; las exigencias del mercado, principalmente de fondeadores internacionales o bancos multilaterales; y, de modo más amplio, un entendimiento cada vez más claro – y respaldado por investigaciones – de la correlación en las empresas entre el desempeño financiero y el socioambiental.