Hasta el día de hoy es una relación que sigue cambiando y mutando, en sus diferentes contextos que van desde el enfoque de educación privada, religiosa o familiar a una educación igualitaria, laica, pública y gratuita. Desde la educación rural hasta la educación técnica basada en competencias laborales, en cada caso se trata de preparar al individuo para su futuro profesional y personal. Pero como las personas somos mucho más que nuestras profesiones o la capacidad de conseguir empleo, es ahí donde nace la necesidad de contemplar al individuo como ser en todas sus dimensiones, educándolo: 1) Para el logro de sus objetivos individuales, en los que debería tender a ser libre, pleno y feliz. 2) Para el logro de sus objetivos sociales: “ningún hombre es una isla” y se desarrolla plenamente en contacto y relación con los demás.