A pesar de la abundancia de recursos naturales que poseemos, hace muchos años que Argentina ha dejado de ser el granero del mundo. No hemos sido capaces de generar riqueza, que se mide como el valor de la renta generada por un activo a lo largo del tiem-po; considerando activos a los recursos de la naturaleza que brin-dan beneficios llamados “servicios de los ecosistemas”. Para que un recurso natural se convierta en riqueza tiene que in-tervenir el hombre y transformarlo con su trabajo. Creernos ricos ha hecho que no supiéramos tomar el camino del desarrollo. No en vano se habla de la “maldición de los recursos naturales” para referirse al impacto negativo que la sobreabundancia de éstos tie-ne en países que dependen principalmente de ellos, propiciando la existencia de gobiernos que apuntan más a la extracción que a la generación de cadenas de valor. EDITORIAL Leer editorial Leer editorial Leer editorial Leer editorial Sustentabilidad y Uso Racional por Federico Caeiro