En noviembre del año pasado se celebró la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 27), y durante el primer día del encuentro se abordó el tema de la descarbo-nización, centrado en la descarbonización de la industria fósil y pesada. De esta manera, se reunieron por primera vez las principales compañías petroleras y de gas, reconociendo la realidad de que los combustibles fósiles siguen proporcionando el 80% de la energía mundial, y que su uso está aumentando, no disminuyendo. Actualmente, Alemania utiliza miles de tonela-das de carbón para generar su energía y en el mundo están en construcción alrededor de 350 mega carboneras. En resumen, la COP 27 intensificó la complejidad de un inevitable reconoci-miento mutuo acerca la realidad geopolítica y física del clima en el mundo.