Leer más Leer más Impulsar la innovación: la necesidad de reducir las emisiones de GEI incentiva el desarrollo de nuevas tecnologías, conoci-mientos técnicos y prácticas sostenibles. En Latinoamérica, existen diversos proyectos que generan créditos de carbono en diferentes sectores. Por ejemplo, hay proyectos de energía renovable, como la generación de energía eólica y solar, que han sido muy exitosos en países como México, Brasil y Chile. La conservación y restauración de bosques es otro tipo de proyectos que ha generado muchos créditos de carbono en Latinoamérica. Los bosques son importantes sumideros de carbono y su conservación es fundamental para la mitigación del cambio climático y la protección de la biodiversidad. De acuerdo con lo anterior, se espera que el MVC siga creciendo en los próximos años a nivel mundial, tal como indica el reporte de South Pole sobre el MVC 2022-2023 : “El mercado ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos cinco años, con un 252 % más de retiros de créditos de carbono desde 2017, lo que se traduce en una inversión estimada de 1.300 millones de dólares en 2022, contribuyendo a mitigar unas 161 Mt de emisiones de GEI. Este crecimiento exponencial del mercado se debe a la alta demanda que está siendo impulsada en gran medida por objetivos climáticos voluntarios más que por el cumplimiento”. Continuamente se está trabajando para que el MVC evolucione hacia una mayor transparencia y estandarización, lo que facilitará la comparación y evaluación de diferentes proyectos y créditos de carbono. También se espera que haya un mayor enfoque en la calidad y la integridad ambiental de los proyectos, y que se promueva una mayor participación de las comunidades locales en la toma de decisiones y la implementación de proyectos. Hay cuatro acciones claves que permitirán el desarrollo del mercado con alta integridad: Impulsar las mejores prácticas: se están dando los avances a través de diferentes organizaciones para estandarizar las metodologías, la transparencia en la recolección de la información y en la supervisión conti-nua de los proyectos para que haya transparencia y fácil acceso para los compradores. Aunque el MVC no está regulado, si existen múltiples agentes que forman parte del mercado y que cada día trabajan para que los estándares y metodologías para el desarrollo de proyectos de carbono sean de alta calidad. De acuerdo con lo anterior, los estándares deben contener criterios como: integridad ambiental, social, credibilidad, innovación, eficiencia, entre otros. Por otro lado, el interés y el escrutinio del financiamiento climático de las empresas se ha incrementado este año y, por lo tanto, los pasos para mostrar liderazgo han aumentado de manera similar. Por ello, las empresas no sólo buscan compensar sus emisiones con cualquier proyecto, sino que también pretenden certificar sus esfuerzos a través de etiquetas que se alinean con estándares internacionales y con las mejores prácticas. En este caso, South Pole ha desarrollado una gama de etiquetas que están alineadas con la ciencia climática más actualizada informada por la iniciativa de Objetivos Basados en la Ciencia (SBTi, por sus siglas en inglés) y que, además, exige que las empresas calculen todas las fuentes de emisión relevantes y establezcan objetivos de reducción para los alcances 1 y 2. Comprender adecuadamente los REDD+: es importante comprender los proyectos de reducción de las emisio-nes derivadas de la deforestación y la degradación de los bosques (REDD+) para poder apoyar su implemen-tación efectiva y justa. Este tipo de proyectos es una de las únicas formas de canalizar financiación a gran escala hacia las comunidades de estos territorios y tie-ne varios elementos importantes como la conservación y restauración de bosques, la mejora de la gobernanza forestal y la participación plena y efectiva de las comu-nidades. La complejidad de los proyectos REDD+ se debe a varios factores. En primer lugar, la deforestación y la degradación forestal son impulsadas por una amplia variedad de factores, como la expansión agrícola, la tala ilegal, la minería y la construcción de infraestructura. Por lo tanto, los proyectos REDD+ deben abordar estos elementos clave para ser efectivos, y es aquí donde la labor de los desarrolladores es de vital importancia para que este tipo de proyectos sean de alta calidad y un actor que garantice que los proyectos tengan los impactos que se han propuesto lograr. Remociones tecnológicas de carbono: para que este tipo de tecnologías o proyectos avancen es importante que las empresas inviertan cada vez más en ellos o ten-gan un equilibrio con los de remoción de carbono natu-ral. Cada vez hay una oferta con mayor calidad, pero se necesita una demanda más fuerte. Para que la oferta de este tipo de proyectos crezca es necesario abordar varios desafíos técnicos, financieros y de gobernanza. Algunos de los principales desafíos son los siguientes: Desarrollo y validación de tecnologías de remoción de carbono: es decir, se necesita mayor investigación y desarrollo para mejorar las tecnologías existentes y validar nuevas tecnologías. Costo y financiamiento: muchas de las tecnologías de remoción de carbono son costosas y requieren una inversión significativa. Por lo tanto, se necesita más trabajo para desarrollar modelos de negocio rentables y para establecer incentivos financieros. Regulación y metodologías: se requiere de una regulación clara que garantice el desarrollo de este tipo de proyectos, además de un abanico más amplio de metodologías respaldadas por entes como la Alianza Internacional de Reducción y Compensación de Carbono (ICROA, por sus siglas en inglés). Educación: este tipo de proyectos son un concepto relativamente nuevo para muchos y es importante dar a conocer sus beneficios y las diferentes opciones que existen actualmente. Políticas y regulaciones: cada vez son más las políticas que incentivan el desarrollo del MVC como un medio para que tanto las empresas como las entidades es-tatales puedan cumplir sus objetivos climáticos. Por ejemplo, la COP27 aprobó el uso de créditos de carbono sin el correspondiente ajuste por acción voluntaria, a modo de “contribución de mitigación” para la reducción de emisiones en el país anfitrión. En resumen, el MVC es una herramienta poderosa y confia-ble para la compensación de emisiones de GEI y la promo-ción de proyectos sostenibles. Sin embargo, debe utilizarse como parte de una estrategia integral que comience por la reducción de emisiones de GEI, permitiendo financiar y acelerar la transición mundial hacia una economía baja en carbono. - Lilia Suárez Senior BD/KAM Specialist