Todo ello en un contexto de crisis climática global, en donde todos los países deben realizar esfuerzos para disminuir notablemente las emisiones de gases de efecto invernadero en un muy breve lapso, para evitar superar la barrera de aumento de temperatura de 1.5° centígrados establecido en acuerdo de París y construir al mismo tiempo una economía baja en carbono. Sin embargo, la crisis social y económica vuelve a colocar al país en la necesidad de sumar imperiosamente divisas para hacer frente al pago de la deuda externa, lo cual no hace mas que generar un enorme incentivo para que las actividades extractivas aceleren su crecimiento y se las vea como la única salida a la crisis. Esta tesis, que como decimos buscan privilegiar los resultados económicos que las actividades producen, pero omiten considerar las pesadas cargas ecológicas y sociales que traen consigo, entre ellas: las externalidades negativas, la contribución al calentamiento global, y la enorme pérdida en materia de biodiversidad (bosques, humedales, flora y fauna), como así también los impactos socioam-bientales que producen en los territorios donde se realizan, muchos de los cuales se convierten directamente en zonas de sacrificio. A ello debemos agregarle la necesidad otros aspectos que resultan de fundamental importancia para dotar de legitimidad social a las decisiones que involucran actividades que generan un significativo impacto ambiental, como el acceso a la información y los procesos de consulta y participación comunitaria y ciudadana, que se incum-plen y/ o que no se llevan a cabo de manera adecuada. NOTA DESTACADA