En general, ante una inundación, lo primero que suele ponerse en duda es la infraestructura pluvial de la ciudad y muchas veces aparece la inquietud de si debiera invertirse más dinero en nue-vas redes de grandes tuberías para evacuar la creciente cantidad de agua que se precipita durante cada evento. Pero ¿es esta la solución absoluta? La respuesta es NO. Los sistemas de drenaje pluvial convencionales, a pesar de ser necesarios, no son la única solución. Veamos… En un entorno natural, del total de agua que cae durante una pre-cipitación, alrededor del 40% se evapora o es transpirado por la vegetación. Por otro lado, aproximadamente el 50% se infiltra en el suelo (con la mitad infiltrándose en profundidad, para recargar acuíferos subterráneos), y sólo el 10% escurre en la superficie. Sin embargo, en un entorno urbano, donde muchas superficies han sido impermeabilizadas, ya sea por la construcción de viviendas, centros comerciales, rutas, estacionamientos, etc., podemos ver una reducción sustancial del agua que se infiltra en el terreno (sólo 15%) y, en oposición, una proporción mucho mayor, de aproximada-mente un 55%, del agua precipitada ahora escurre por la superficie. AGUA