Si, por otro lado, tenemos en cuenta los factores climáticos, también podemos ver que durante los últimos años, la inten-sidad de las lluvias fue aumentando y que, al mismo tiempo, estamos enfrentando períodos de sequías cada vez más largos. En resumen, al combinar estas lluvias más intensas con el he-cho de que una mayor proporción de esta agua escurrirá en la superficie, indudablemente se obtendrá un incremento en el ries-go de inundaciones. Y analizando el caso contrario, al combinar los períodos de sequías más largos con la dificultad del agua para infiltrarse en el terreno y recargar los acuíferos, tenemos escasez de agua. ¿Se soluciona esto con más tuberías? Si y no. Con más tuberías podríamos captar una mayor proporción del agua que escurre en la superficie, es cierto. Sin embargo, la cantidad y el tamaño de las tuberías que serían necesarias para evacuar las grandes cantidades de agua precipitada en muchas de las lluvias que tienen lugar actualmente, harían inviable su construcción, tanto desde el punto de vista técnico, como económico. Por otro lado, seguiríamos sin resolver el problema de que el agua no se infil-tre en el terreno, y que los acuíferos no se recarguen.