Las finanzas sostenibles, aquellas que incorporan las variables sociales, ambientales y de gobernanza a la decisión de inversión, crecen de forma acelerada a nivel global. En 2022, la utilización de este tipo de instrumentos rompió la barrera de los US$ 3,5 billones, según Climate Bond Initiative, y las proyecciones de esa organización dicen que llegará a los US$ 5 billones en 2025. De esta forma, impactan y reformulan todo el sistema económico y productivo. Los entes reguladores, organismos internacionales, los bancos y los fondos de inversión están adaptando gran parte de su actividad en este sentido, implementando normativa, herramientas e instrumentos que permitan canalizar fondos a los proyectos que contribuyan con el desarrollo sostenible. Todos quieren subirse a la ola. Esta es una excelente noticia. El sistema económico actual creó condiciones favorables para el avance de empresas y proyectos