plantas y la generación de frutos. En el caso del café, datos sugieren que la demanda de fertilizantes puede reducirse del 25% al 50%. Esto equivale a 25 a 50 kg por hectárea por año de nitrógeno, con una reducción proporcional de las emisiones de NOx del nitrógeno disponible. • El uso del producto en postcosecha reduce la pérdida de alimentos. Las pruebas iniciales en varias plantaciones muestran una mejora sustancial en las pérdidas en transporte (por ejemplo, piña, bananos, cocos y papayas). Se ha establecido que la reducción de la pérdida de alimentos es un elemento fundamental para reducir la huella de la cadena alimentaria mundial. • Todos los efectos positivos discutidos anteriormente para la agricultura reducen la vulnerabilidad de las fincas a los efectos del cambio climático (aumento de temperatura, cambios en la estacionalidad del agua).