Estas líneas no refieren al “No más bla bla bla” con el que la activis-ta climática Greta Thunberg criticó a los gobernantes presentes en la conferencia COP26 en Glasgow meses atrás, sino a lo que agre-gó y lo que esto implica: “los verdaderos líderes somos nosotros”. La autopercepción de creerse dueños de la verdad. Allá como aquí, cierto ambientalismo intenta construirse a sí mismo como sitio de bien absoluto y supuesta superioridad moral. Y para ello se vale del uso del lenguaje. El modo de usarlo se ha transformado en una toma de posición que implica, tácitamente, el descrédito del otro, que ya no es el otro sino lo otro, lo opuesto. EDITORIAL Bla, bla, bla por Federico Caeiro Leer editorial Leer editorial