1. Pasar de los compromisos a la implementación a escala y acelerada La COP27 acordó una decisión general, conocida como el “Plan de implementación de Sharm el-Sheikh”, que mantiene el objetivo de 1.5 °C en su texto y reutiliza lenguaje de Glasgow de reducir gradualmente el carbón. La evidencia científica y los recientes eventos extremos fueron clave para enfatizar la urgente necesidad de mantener el calentamiento por debajo de 1.5°C; objetivo que estuvo en debate por momentos, cuando algunos países intentaron renunciar al mismo. Fuera de las negociaciones, los actores no estatales mostraron un contundente apoyo a mantener el objetivo de 1.5°C en el centro de la agenda de mitigación, con la esperanza de que tuviera impacto en las negociaciones.