La gestión del carbono a lo largo de todo el ciclo de vida de proyectos, servicios o productos presupone esfuerzos proactivos de las empresas para comprender sus impactos y mitigarlos progresivamente. Según Carbon Disclosure Project (CDP), el 80% de los impactos de huella de carbono corporativa están en Alcance 3 o emisiones indirectas. Se está frente a un gran desafío de colaboración y participación, ya que las empresas no siempre tienen injerencia directa en el cambio de los actores de su cadena. El 2% de las empresas cuentan ya con estrategias de reducción de cero emisiones netas basadas en ciencia, un número ínfimo para la big picture global, pero en crecimiento acelerado en los últimos años. Son varias las organizaciones que están comprendiendo la importancia de trascender de las acciones meramente comunicativas, especulativas o de greenwshing para pasar a estar del lado correcto de la historia. Los consumidores están cada vez más conscientes de la urgencia del cambio, y así lo demandan. Estrategias climáticas serias, bien comunicadas atraerán a nuevos clientes y generarán confianza en los negocios y resiliencia a las marcas, evitando incurrir en riesgos reputacionales. Las empresas comprometidas con la crisis climática avanzan hacia modelos circulares, comercializan productos y servicios carbono neutros, con información ambiental clara, transparente y disponible, y tienen la capacidad de acceder y mantener(se) en mercados cada vez más demandantes. HUELLA DE CARBONO