Desde el 2016, en Latinoamérica y el Caribe se han promulgado e implementado una serie de normativas que van en la línea de fomentar y regular la economía circular y la responsabilidad extendida del productor. Esto ha generado una evolución en la regulación sanitaria y ambiental dando como resultado el inicio de un camino amplio y próspero en cuanto regulación en la materia, la cual se ha ido desarrollando y masificando ampliamente. Por otro lado, también ha permitido la profesionalización de las actividades de reciclaje y sentar las bases para el nacimiento de una nueva actividad productiva, enfocada en la recuperación de los materiales con valor que hay en los desechos, el desarrollo de nuevos productos y un cambio en el enfoque de los fabricantes quienes deben migrar hacia la elaboración de productos sustentables y que disminuyan los impactos ambientales.