Leer más Leer más Mientras que la mayor parte de los países desarrollados han fijado metas de reducción de emisiones que rondan entre 45 y 65% al 2030, las emisiones de China e India continuarán aumentando hasta después de 2030. El impacto que tiene la falta de compromiso de estos gigantes asiáticos no es menor. Sumandos, China e India emiten el 37% de las emisiones globales de CO2, el alcance de la meta del Acuerdo de París será imposible sin su colaboración. Al final del camino, el estancamiento se resolverá con una mejor distribución de los costos. Los países desarrollados son responsables del 60% de las emisiones históricas de CO2; así como las mayores emisiones precipita. Sin embargo, tienen sistemas financieros maduros y con apetito a invertir en tecnologías limpias. En esos países se deben invertir entre $2 y $3 billones de dólares para financiar la transición. Han empezado a invertir grandes cantidades de fondos públicos y están avanzando aceleradamente en medidas para estimular el financiamiento privado a través de taxonomías verdes y regulaciones de divulgación de riesgo climático. Las economías emergentes incluyendo a China, India, Brasil, Mexico, Sudáfrica, Corea, e Indonesia, entre otras, son responsables de cerca del 60% de las emisiones actuales de CO2, pero menos de 15% de las históricas. Tienen sectores financieros con poca capacidad de fomentar inversiones privadas en tecnologías limpias por el riesgo que representan. Tampoco pueden destinar mucho de sus presupuestos públicos a medio ambiente porque tienen múltiples prioridades, empezando por combatir la pobreza, proveer seguridad alimentaria y servicios básicos. Necesitan entre $1 y $2 billones de dólares al año para financiar su transición energética. El reto no es generar más capital, sino movilizar los recursos existentes hacia proyectos de innovación, energía limpia, eficiencia energética, soluciones basadas en naturaleza, economía azul y circular, entre otros. En principio, los proyectos deberán generar un retorno de inversión, pero, en la mayoría de los casos, continúan siendo más riesgosos que los proyectos tradicionales. De aquí la importancia de promover las inversiones sostenibles a través de las siguientes medidas: Fijación de precios adecuados y justos al carbono; Remoción de subsidios a la energía y agricultura. Apalancamiento de recursos privados a partir de inversiones públicas. Introducción de herramientas de mitigación de riesgo financieros incluyendo fondos de garantía, “blended finance”, y deuda concesional de la banca de desarrollo. Fijación de precio al riesgo financiero a través de regulaciones de divulgación de riesgo climático. Desarrollo de taxonomías verdes y sostenibles. El alcance de las metas establecidas en el Acuerdo de París es factible, pero se necesita mayor entendimiento sobre la distribución de costos y la ingeniaría financiera. - Enrique Lendo Experto en temas económicos, ESG y de desarrollo sostenible.