La importancia económica de la cadena de valor de los plásticos2 se debe fundamentalmente a su carácter de productora de insumos de uso difundido, ya que los productos plásticos suelen ser demandados por una gran cantidad de industrias (alimenticia, automotriz, eléctrica y electrónica, textil, insumos para la construcción, muebles, entre otras) y por el aumento tendencial de su consumo per cápita (sustitución de otros materiales y nuevas aplicaciones). De allí que desde estas mismas industrias consumidoras se pueda implementar el circuito hacia las empresas de reciclado y los productores de objetos. La producción de la Argentina y Brasil conforman un único mercado regional3. Esta configuración responde tanto a escalas eficientes de producción -que exceden el tamaño del mercado nacional- como a la fuerte incidencia del Arancel Externo Común en los flujos de comercio.