La gestión ambiental de los olores en Chile tuvo sus inicios el año 2012 con un gran conflicto socioambiental ocasionado por un plantel porcino de gran magnitud, 2.500.00 animales, ubicado en la comuna de Freirina, en el norte del país. Como respuesta, el Ministerio del Medio Ambiente de Chile, diseñó una exitosa Estrategia para la Gestión del Control de los Olores, cuyo objetivo fue principalmente fortalecer el marco regulatorio, a través de medidas de corto, mediano y largo plazo que permitieran cuantificar, controlar y prevenir la generación de olores, abordando la gestión con un enfoque integral.