Leer más Leer más CONSTRUCCIÓN SOSTENIBLE EDGE ofrece innumerables ventajas a todos los participantes en las diferentes etapas de la construcción. Para los propietarios de edificios de renta, al ser eficientes en términos de recursos, mejora el valor de mercado y la rentabilidad dado su menor costo operativo. Al momento, se han registrado ahorros extraordinarios gracias al desarrollo de edificios pre-certificados o con certificación EDGE: más de 43.000.000 de kWh por año, más de 840.000 m3 de agua por año, y más de 7.200.000 MJ en energía ahorrada por la adecuada selección de materiales de construcción. Esta certificación se realiza a partir de unos veedores, y que realizan el seguimiento de la obra, la verificación desde la materialidad del edificio, las características de la envolvente, de la energía alternativa, el tipo de materiales; cada ítem, según el proyecto, lleva un puntaje que, de alcanzar el indicado, determinan las aptitudes para poder ser certificado. Cada certificación tiene un mínimo y un máximo. En general, las certificaciones por ahora se generan por empresas grandes o desarrolladores grandes y medianas que interpretan las necesidades de la vivienda del futuro que más allá de características individuales de cada usuario exigen un cuidado, dentro de lo posible de sus necesidades, del medio ambiente. Vamos en camino de ampliar las ventajas ambientales de las viviendas y ya se está notando en las exigencias de las nuevas generaciones que, más allá de certificar, pretenden vivir en lugares que sean lo más amigables posibles. En ese sentido, se fomenta el camino correcto -lento aun, pero camino al fin- que con medidas políticas más fuertes y concretas será común y hasta obligatorio en un futuro cercano. Las certificaciones son herramientas internacionales que generan un sello oficial de calidad dando prestigio a las construcciones que lo tienen. Por supuesto, también tienen sus costos y no cualquiera puede acceder a ellas. Pero conviene tener en cuenta algunos aspectos: Los países más avanzados cuentan con la suya -que se utiliza en todo el mundo-, y el Banco Mundial también participa. Entre las más nombradas están las normas LEED – PASSIVHAUS – BREEAM - VERDE, que son de USA/Alemania/Reino Unido/España. Además, el Banco Mundial, a través de una corporación internacional, cuenta con las normas EDGE, de la que se habló más arriba. Esta última permite a los desarrolladores y constructores identificar rápidamente la manera más rentable para reducir el consumo de energía, agua y materiales en sus edificios. Las estrategias que se integran en el diseño del proyecto son verificadas por un auditor EDGE y certificadas por GBCI (Green Business Certification Inc), la principal organización independiente que reconoce la excelencia en el desempeño de la industria de negocios verdes y la práctica a nivel mundial. Tener un sello de certificación genera prestigio, agrega valor y es la confirmación que la construcción es amigable con el medio ambiente. Todas características muy buscadas por el comprador moderno. Básicamente vivir en una propiedad con un sello de certificación sustentable demuestra el compromiso de los habitantes con el medio ambiente, y poder hacerlo en un edificio de viviendas multifamiliar marca el grado de compromiso de los desarrolladores que son quienes asumen los gastos previos tanto de las demasías de la construcción como de la certificación en sí. Por otro lado, la nueva implementación del programa Pronev genera una reactivación de la metodología ya existente en el país aunque, por ahora, sin beneficios impositivos en ninguna provincia. En ese sentido, ofrece la posibilidad de contar con una etiqueta según las características de cada vivienda -como sucede con los electrodomésticos- que quizás luego se plasme en beneficios oficiales. Todo dependerá de cuestiones políticas y de implementación. En el tema inmobiliario, las viviendas que tienen una determinada etiqueta y certificación son más fáciles de vender; y son más costosas también. No es lo mismo una vivienda con etiqueta B que una D. No sólo se va a consolidar la idea de sustentabilidad en la construcción, sino que también la tecnología va mejorando y cambiando año a año. Hasta hace 10 años atrás, el costo por metro cuadrado de un panel solar era casi prohibitivo para el propietario común; pero actualmente, tanto los costos como la eficiencia cambiaron significativamente. Dentro de unos años, sin dudas ese costo se reducirá a la mitad y la eficiencia será tres veces mayor. El mercado inmobiliario argentino se caracteriza por ser muy “primitivo” todavía, y eso queda demostrado en varios aspectos: los métodos de construcción son los mismos que media década atrás –no ha habido cambios importantes-; desde el punto de vista del esquema comercial, se sigue trabajando con inmobiliarias que el valor agregado que aportan es cercano a cero –desde las comisiones que cobran hasta cómo tratan a los clientes-. Este sistema atenta contra la proliferación de productos inmobiliarios sustentables. Pero la tendencia hacia la valoración de lo sustentable es imparable y el cambio va a llegar inexorablemente. Por supuesto, que aún hay que superar la resistencia cultural que generan los nuevos sistemas constructivos y huir paulatinamente de la construcción húmeda y tradicional. Y por eso, por más que venga avanzando, está más retraída la construcción en seco, aliada de la sustentabilidad. Reutilización de energías, aprovechamiento de lo que se tiene y volver a lo que era originalmente, son las claves del diseño bioclimático. - Arq. Martin Lopez Socio arquitecto de Mahe desarrollos inmobiliarios Ariel Venneri Socio Fundador Grupo MAHE Desarrollos Inmobiliarios - PH ECO WEB ►