NOTA DESTACADA Antecedentes de condicionamientos formales Por otro lado, las empresas tractoras tienen condicionantes formales en sus DIAs para ayudar a desarrollar servicios locales impuestos por las comisiones de evaluación. La DIA de Pascua Lama: En la Resolución Nº 121 de la Secretaría de Estado de Minería del 4 de diciembre de 2006 se dictaminó: Artículo 1º: se resuelve aprobar el IIA presentado por BEASA- y EMASA para la etapa de explotación correspondiente al proyecto Lama bajo los condicionamientos enumerados en el Artículo 2º. La DIA de para Casposo: La Comisión de Evaluación Multidisciplinaria Ambiental Minera (CEMAM) condicionó en la Resolución Nº 163-SEM-07 (o Declaración de Impacto Ambiental –DIA–) a la empresa Troy Resources (ex Intrepid Mines), dueña y operadora de Casposo, la aprobación del proyecto al cumplimiento, entre otros, de: DIA para Proyecto Gualcamayo y por resolución N° 104 – SEM-07 del 15 de agosto de 2007 se otorga la DIA a la empresa Minas Argentinas SA bajo un conjunto de condicionantes entre los que se encuentran el: Todas las empresas deben actualizar sus IIA cada 2 años y en ese proceso deben dejar constancia del cumplimiento de los condicionantes, el no cumplimiento puede ser causal de paralización de la operación. El sector de empresas de servicios mineros ha crecido junto al desarrollo minero de la provincia de San Juan. Desde un conjunto reducido de empresas dedicadas a la logística de campamentos mineros de exploración en los primeros años de exploración ha pasado a unas 400 empresas locales que venden bienes y servicios a los proyectos en operación, construcción y exploración. Estos bienes y servicios cubren demandas muy variadas, algunas son permanentes (Ej: transporte, bienes de la alimentación, alojamiento) y otras van cambiando (Ej. construcción) según las distintas etapas típicas antes mencionadas. Junto con el desarrollo del negocio hubo un desarrollo institucional. Se conformaron cámaras de prestadores de servicios mineros exclusivamente de ámbito provincial y otras de ámbito departamental: CASEMI con 80 asociados y CEPSM con 68 asociados que junto a la más tradicional de las asociaciones empresarias del sector, la Cámara Minera de San Juan, con 65 asociados entre los cuales 45 son de servicios mineros congregan a la mayoría de las empresas abocadas a la actividad de prestadores de servicios. En los departamentos de Iglesia se crearon las cámaras locales CAPRESMI y CAIM, y en Calingasta, CASEMICA. Y más reciente se ha creado CAPERFO de empresas de perforación. Hay también un grupo de empresas asociadas a la Unión Industrial de San Juan, otro grupo asociado a instituciones locales (de Jachal, Iglesia y Calingasta) y otro grupo de empresas no asociadas a ninguna institución. Las empresas en análisis se caracterizan como MiPyMEs y son de capital local. A medida que el negocio crecía la escala necesaria de las empresas, la demanda también se diversificó. Sin embargo, la tasa de crecimiento de las empresas ya instaladas, principalmente de capitales locales, no fue suficiente para lograr esa escala. Como alternativa aparecieron las grandes empresas que fueron desplazando en algunos rubros a las empresas locales tales como el catering (aparecieron ESS Compass Group, Central Restaurant, Sodexo, todas empresas internacionales y ATA empresa de orden nacional) y en la construcción (Techint SA, Cartellone SA, IMPSA). Para grandes equipos aparecieron empresas internacionales como Caterpillar, Liebherr, etc. Desarrollo reciente Dentro de la macroeconomía del país, la minería, en especial la metalífera, es uno de los sectores con mayor aporte. Flujos de capital extranjero han dirigido recursos hacia la exploración y explotación de minerales metalíferos, atraídos por el importante potencial geológico minero y una legislación tendiente a incentivar la inversión en este sector. En la provincia de San Juan la minería metalífera es desde hace 25 años un importante protagonista del crecimiento provincial al contar en su territorio con proyectos en distintas fases. Los procesos de divulgación y consulta pública implementados en las comunidades de impacto directo de los proyectos permitieron una construcción dialógica que permitió el desarrollo de la minería logrando una aceptación social generalizada de la minería. Sobre la base del punto anterior, hay que destacar que el diálogo es orgánico y se desarrolla en diferentes formas, uno de los cuales es ¿cómo me puedo sumar al proceso minero? Esto no es menor porque en un comienzo la pregunta era ¿que deja la minería? Una pregunta desde un actor pasivo que pasa a ser activo en el diálogo. Las empresas de San Juan como han demostrado capacidad para sumarse a la oferta que satisfizo una parte de la demanda de un amplio menú de bienes y servicios. Sin embargo, existen restricciones y cuellos de botella que presenta el sector de empresas de servicios mineros de la provincia de San Juan para atender en forma progresiva la demanda creciente de los proyectos mineros metalíferos en exploración, construcción y operación. Estas restricciones se explican por el continuo y gran volumen de la inversión minera que es mayor a las posibilidades de los empresarios locales, dada su tasa actual de crecimiento del capital y el corto tiempo en el cual se están realizando las inversiones. En otras palabras, la acumulación de capital de las empresas locales no es suficiente para el ritmo vertiginoso de las grandes inversiones mineras, dada su tasa actual de ganancia. También porque la demanda de nuevos bienes y servicios es incierta ya que no existe la experiencia de local de empresas productoras de cobre aunque si tienen referencias por las explotaciones en Catamarca. Historia pasada Para visualizar este proceso se presenta un resumen de la historia reciente de la actividad minera metalífera en la provincia: esta comenzó en la década del noventa con un nuevo marco legal nacional (Marco legal: Ley de Inversiones 24.196 y otras). Mineras y con una coyuntura mundial que atrajo inversiones para las actividades de prospección y exploración de diferentes áreas mineras. En la siguiente década 2000-2010 algunos de estos proyectos de exploración entregaban resultados que indicaban viabilidad legal, técnica y económica y comenzaron los estudios de pre-factibilidad y factibilidad. En este proceso toman la delantera los proyectos Veladero cuya construcción comienza en el 2003 y se pone en operación en octubre de 2005, invirtiendo US$ 550 millones, le siguen Gualcamayo (etapa de construcción 2008/09 y comienzo de operación septiembre de 2009) con una inversión de US$ 300 millones y Casposo (construcción fines de 2009 y todo 2010, operación marzo de 2011) con una inversión de US$ 50 millones. La construcción del proyecto Pascua-Lama se paralizó para 2013 pero tenía avances importantes en la inversión. Cabe destacar también que durante la primera etapa de los años 90, fue un período dedicado a la exploración, la sociedad y las empresas locales se situaron en una posición expectante, sin una predisposición evidente de protagonizar parte de este proceso. Algunas razones fueron la estacionalidad de la actividad de exploración (de 6 a 8 meses al año como máximo) no manifestaba la posibilidad de negocios permanentes, sin embargo, comenzaron a evidenciarse algunos procesos tales como la toma de empleo local, la demanda de servicios menores como alojamiento, restaurantes, alquiler de camionetas, servicios de catering, servicios de mantenimiento y a nivel de comunidades observó un aumento de la demanda al comercio minorista como beneficio económico indirecto que asomaban progresivamente. A medida que se desarrolla el sector y en 2003, con el anuncio del comienzo de la construcción de Veladero, los empresarios y emprendedores de San Juan comienzan a demandar información de las empresas mineras y empresas de servicios mineros ya que visualizan una localización permanente de la industria minera y por consiguiente oportunidades de crecimiento de sus negocios, así como nuevas oportunidades de negocios por los grandes volúmenes de inversión. En general esta demanda se basó en la búsqueda de oportunidades específicas relacionadas con un conocimiento o experiencia previa. Como complemento, la zona de influencia de estos proyectos –Calingasta, Iglesia y Jáchal- no tenían un desarrollo para abastecer una faena minera de grandes dimensiones. Aún con todas estas restricciones existe un desarrollo de proveedores locales que se integraron a las cadenas productivas de las empresas mineras y como contratistas y proveedoras y son sin ninguna duda, sostén de la licencia social de la minería. - Lic. Emilio Pósleman Licenciado en Economía Universidad Católica de Cuyo Referencias