AGUA La inversión en infraestructura hídrica y servicios sanitarios es esencial para mejorar la calidad de vida y evitar costos económicos significativos. Según el Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos del 2021, lograr el acceso universal al agua y al saneamiento en países de ingresos bajos y medios costaría 114.000 millones de dólares anuales a la economía global. Esta inversión es fundamental, ya que la proporción costo-beneficio de tales inversiones produce un retorno positivo significativo. En ese sentido, los beneficios de la inversión en servicios de higiene personal de los ciudadanos, por ejemplo, suelen ser aún mayores ya que mejoran los índices de salud sin necesidad de gastar grandes sumas de dinero en infraestructuras costosas. Por contraparte, la falta de una disponibilidad adecuada al agua y por ende a la higiene personal frecuente podría reducir el PIB de los países en un 1,5%, afectando la productividad agrícola, aumentando los costos en salud y generando la pérdida de oportunidades de desarrollo económico para el ecosistema social y de negocios. El agua es esencial para la prosperidad económica. Este recurso es crucial en la agricultura, siendo su principal consumidor y representando el 70% de las extracciones globales. En la industria, el agua es el 20 % de la demanda total. Por lo tanto, un manejo ineficiente puede limitar la productividad y el crecimiento de gran parte de los sectores económicos. La agricultura, por ejemplo, enfrentará la necesidad de aumentar la producción en un 60% para 2050, mientras que el sector industrial, minero y energético también deberá adaptarse a un manejo más sostenible de este recurso.