BIODIVERSIDAD A 17 años de su sanción, ¿cuál es el balance desde su implementación? La Ley de Bosques se convirtió en una herramienta imprescindible para planificar el uso de estos ecosistemas permitiendo equilibrar la producción y conservación de la naturaleza. Modificó el escenario nacional de protección de bosques nativos y visibilizó la problemática y la importancia de su conservación. Además, fomentó una disminución progresiva en la tasa anual de deforestación en la Argentina, estabilizándose hasta el año 2019, momento en el cual volvió a incrementarse, en gran medida producto de los incendios forestales. A pesar de contar con esta Ley, debido al cambio de uso del suelo para actividades agropecuarias, forestales, urbanísticas y viales. El avance de la deforestación y conversión de estos ambientes naturales para dichas actividades ocasiona graves consecuencias sociales, ambientales y económicas, que atentan contra la salud y el bienestar de las personas, así como el de otras especies que habitan los bosques. A su vez, las áreas deforestadas ilegalmente y las que se han quemado, no están siendo restauradas, como indica la ley 26.331; y la ausencia de un registro nacional de infractores a la ley limita las posibilidades de articular esta información con otros elementos de la política pública, que permita facilitar la disuasión y la sanción de los responsables. Los bosques nativos son proveedores de servicios ecosistémicos esenciales: contribuyen a la mitigación y adaptación al cambio